La fecundación in vitro es uno de los tratamientos de reproducción asistida que existen en la actualidad y en el que la fecundación por parte de los espermatozoides se realiza en el laboratorio y posteriormente se transfiere al útero para que pueda continuar la gestación. La fecundación in vitro puede ayudar, junto con la inducción de la ovulación y la inseminación artificial, a formar familias cuando no es posible concebir un bebé de forma natural. En el Centro de Ginecología y Obstetricia os asesoraremos sea cual sea vuestro proyecto reproductivo y os orientaremos sobre las diferentes opciones posibles.
Cuando la fecundación in vitro se probó con éxito en 1978 se utilizaba en mujeres que tenían una obstrucción en las trompas de Falopio. Con el paso de los años, esta técnica se ha extendido en otros casos como la endometriosis y otros tipos de esterilidad femenina y masculina. Y se puede realizar con óvulos propios y semen de la pareja, con óvulos propios y semen de donante, con óvulos de donante y semen de la pareja o con óvulos y semen de donante. En general, la tasa media de embarazo después de una fecundación in vitro es del 30%.
El tratamiento de fecundación in vitro consta de cuatro fases: la estimulación ovárica, la punción folicular, la fecundación en el laboratorio y la transferencia embrionaria. En la primera fase se administra un tratamiento hormonal a la mujer para que en lugar de producir un ovocito cada mes, sus ovarios generen más cantidad y que sean aptos para la fertilización. A partir de ecografías se controla el crecimiento de los folículos (que contienen los posibles óvulos). Cuando tienen el tamaño adecuado se desencadena la ovulación. La punción folicular es la segunda fase de la fecundación in vitro y se hace en el quirófano. El especialista detectará los ovocitos obtenidos y se clasificarán según su estado madurativo. La tercera fase es la fecundación de los óvulos en el laboratorio con espermatozoides de la pareja o de donante. Posteriormente se almacenan en una incubadora biológica en condiciones ambientales similares a las del cuerpo humano. Los óvulos fecundados, ya embriones, se mantienen en cultivo hasta la cuarta fase: la transferencia embrionaria, un proceso sencillo, sin dolor y controlado por ecografía abdominal y que termina con los embriones depositados en el interior del útero de la mujer. Entre 12 y 14 días después se hace el test ordinario de embarazo.
Entre un 10% y un 15% de parejas en edad reproductiva tiene problemas de fertilidad. La fecundación in vitro puede ser muy efectiva y segura para mujeres mayores de 40 años que quieren quedarse embarazadas y también para aquellos casos en que la inseminación artificial haya fallado con anterioridad.