La oxitocina, también conocida como hormona del amor, cumple una función clave durante el trabajo de parto, desencadenando las contracciones, rebajando la sensación de dolor y hasta mejorando el vínculo entre madre e hijo, cuando la mujer da a luz a su bebé.
Muchas veces, hemos oído que una mujer se ha puesto de parto en plena noche o cuando estaba descansando y esto es porque la mujer se siente relajada y segura. En ese momento, la oxitocina se libera y empieza a desencadenarse el proceso para el trabajo de parto. Es una hormona que es capaz de regular tanto la calma como el estrés, dos estados que se dan constantemente en el trabajo de parto. Es una hormona que consigue que el parto se suceda con más fluidez y de forma progresiva.
¿Cómo actúa la oxitocina en el organismo de la mujer?
- Provoca las contracciones uterinas que inician y facilitan el parto
- Genera la contracción de las células mioepiteliales de la mama para desencadenar el reflejo de eyección de la leche materna
- Tiene un papel importante tanto en el parto como en el enamoramiento, el deseo sexual, la maternidad, las relaciones, la crianza… Se encarga de enviar información a las neuronas de la amígdala, una estructura del cerebro que se relaciona con las emociones y el comportamiento social.
La adrenalina, el cortisol y la noradrenalina son hormonas que nos mantienen en alerta y nos preparan para un momento difícil y, por el otro, la oxitocina, serotonina y dopamina, nos proporcionan calma y relajación. Todas las hormonas son necesarias para nuestra supervivencia y debemos dejarlas fluir en el momento adecuado, consiguiendo el mayor equilibrio posible.
La oxitocina se segrega con los besos, las caricias y el contacto con personas que nos hacen sentir bien o cuando hacemos ejercicio, una práctica de relajación, nos hacen un masaje… Es una hormona que nos predispone a sentir placer. Pero su papel más conocido es en el parto, ya que la hipófisis genera oxitocina en forma de pulsos, provocando las contracciones en el útero y haciendo que el cuello del útero se vaya preparando, dilatando y, finalmente, permita el nacimiento del bebé.
La oxitocina también ayuda a generar el vínculo afectivo entre madre e hijo, ayudando a la mujer a sentirse más desinhibida y a experimentar, dentro del dolor del trabajo de parto, sensaciones de bienestar y mucha fuerza interior.