En el artículo de hoy queremos hablarte de hormonas femeninas, para que sepas cómo entenderlas y cómo interpretar las señales que alertan de un desequilibrio hormonal.
Cuando hablamos de desequilibrio hormonal podemos referirnos a una diabetes, trastornos de tiroides o hasta al síndrome de ovario poliquístico. Las hormonas son muy importantes en nuestro cuerpo y si no están equilibradas, podrían crear problemas en nuestra piel, alterar nuestro peso y hasta influir en nuestro estado de ánimo.
Son muchos los factores que pueden alterar la cantidad de hormonas femeninas; la hora del día, nuestro estado de salud, el ciclo menstrual, algunos medicamentos, el estrés, el embarazo, factores emocionales…
Pero empecemos por el principio…
¿Qué son las hormonas femeninas y por qué son importantes para nuestro cuerpo?
Son moléculas que se generan en nuestro sistema endocrino y tienen la función de enviar mensajes a diferentes partes de nuestro cuerpo. Las hormonas femeninas nos ayudan a regular el hambre, la presión arterial y hasta el deseo sexual y, aunque son importantes para la reproducción, también son esenciales para todos los sistemas del cuerpo.
Podemos distinguir dos tipos de hormonas femeninas:
- Estrógenos; Son hormonas femeninas que se generan, principalmente, en nuestros ovarios y su función es la de madurar el aparato genital, para hacerlo fértil. Estas hormonas producen diversos efectos, tales como la amplitud de la pelvis, el aumento de los senos, el crecimiento de las uñas y el cabello o cambios en el sistema venoso. Además de para el aparato genital, los estrógenos sirven también para contribuir al mantenimiento de la masa ósea, para facilitar la relajación de las paredes arteriales y aumentar el aporte sanguíneo a los tejidos, para el crecimiento de neurotransmisores e incluso actúan sobre la piel, manteniendo unos buenos niveles de colágeno.
- Progesterona; Es una hormona que nace de la ruptura cíclica de un folículo ovárico. La necesitamos para que el útero y los senos puedan desarrollarse y funcionen correctamente y prepara nuestro cuerpo para la implantación del embrión.
¿Sabías que la producción de hormonas femeninas empieza en la etapa intrauterina?
Aunque sus niveles son más bajos que en la edad adulta, las hormonas femeninas ya están presentes en nuestra vida antes de nacer. En la pubertad aumentan su producción y nos sirven para la fecundación, la implantación, el embarazo o el parto